10 trucos infalibles para que los niños coman verduras. ¡Adiós al ring en la mesa!

verduras disfrazadas — «En fin, mientras mi remilgoso se convence de las virtudes de los vegetales, yo me encargo de dárselas sin decir agua va…»

Del paciente «Ándale amor, cómete las verduras, saben ricas y además te hacen muy bien» al encolerizado «Que te comas todas las verduras sino no te levantas de la mesa», hay horas de ruego y desesperación contenida. Porque no hay peor lucha que la de las madres que pedimos encarecidamente día a día que nuestro chamaco se trague los benditos vegetales.

Ya todas conocemos los beneficios de comerlos, ni al caso hablar de ellos; lo que necesitamos es saber cómo lograr la hazaña de que los coman; y miren que ya he leído sobre cómo los niños deben vernos comer vegetales para que nos imiten y darles a probar poco a poco. Pero para ser sincera, llevo 9 años suplicando a mi hijo que coma esto y aquello, sin mucho éxito; y eso que en mi súper predominan frutas y verduras y a diario se comen en casa.

Si la sutileza no funciona

En fin, mientras mi remilgoso se convence de las virtudes de los vegetales, yo me encargo de dárselas sin decir «agua va». Prueben estos trucos con sus niños y ya me dirán si les funcionan.

Sopa de pasta. Cuezan zanahorias y al momento de moler el jitomate agreguen algunas, ya en la mezcla y el cocimiento ni enterados.
Albóndigas. Ideales para disfrazar vegetales, por ejemplo, piquen champiñones o chayote finamente y mézclenlos en la carne para que sean imperceptibles. Y si el niño se come las albóndigas con salsa de jitomate, también pueden moler un poco de zanahoria o champiñones cocidos.
Macarrones con queso. Cuezan un poco de coliflor, licúenla con la leche de vaca o vegetal que usen, agreguen el queso que acostumbran y bañen la pasta con esta salsa.
Tacos de pollo. Compren setas, desmenúzenlas muy delgadas, cuézanlas hasta que estén muy suaves y escóndanlas entre el pollo al enrollar los tacos.
Croquetas de atún. Igual que las albóndigas, son perfectas para esconder vegetales finamente picados.
Sandwich. Si le ponen mostaza, antes de untar mézclenle un poquito de aguacate hasta que el color verde desaparezca y luego dense gusto poniéndole al pan. El color y sabor fuerte de la mostaza disfrazan muy bien el aguacate.
Crema de frijol. Cuezan jitomates, chayote o zanahoria y muélanlos junto con los frijoles, sazonen como acostumbran y listo.
Cremas de vegetales. A veces los niños al ver las verduras enteras o en trozos, automáticamente las rechazan, pero en ocasiones molidas pueden ser de su gusto. Prueben.
Espagueti. Hiervan agua para cocinarlo y ahí mismo pongan un manojo de espinaca y una calabaza. Saquen el espagueti, muelan una parte de las verduras y hagan su salsa con queso o crema, después agreguen a la pasta.
Tortas de papa. Si les gustan, son ideales para agregar espinaca picada muy finamente.

Y van tres trucos más de regalo…

Pizza. Si pueden prepararla ustedes, hagan un puré de coliflor y unten un poco sobre la salsa de jitomate, pongan mucho queso mozzarella encima y horneen. Ya fundido ni quien note el ingrediente misterioso.
Tinga. Mezclen zanahoria finamente rallada o setas desmenuzadas al pollo y pasarán inadvertidas.
Arroz. De nuevo los champiñones son los reyes del camuflaje si se pican muy chiquititos. O también pueden cocinar el arroz con agua de espinacas cocidas.

Como ven, las mamás siempre podemos darle un giro a la historia, utilizando nuestro largo y retorcido colmillo.

No se puede todo

Aunque sé que los puristas me hablarán de las ventajas de las verduras crudas, estos trucos aplican para casos de emergencia; y estoy segura que muchas de ustedes levantarán la mano desesperadas diciendo «he intentado de todo y nada».

Hagan este último intento, y si de verdad no les sirve ni un truco, lo lamento por ustedes, tienen un hijo con un paladar refinadísimo que detecta hasta el más mísero chícharo.

Y por favor, si conocen otras argucias para domar paladares infantiles insufribles, compártanlos con nosotros.